No vayas a la India, es lo peor.
19 agosto 9:00h aterrizo en Nueva Delhi.
En el hotel me encuentro con Jean Carlos, un tío de metro noventa y tres con sonrisa canaria. Me dice que el resto del grupo se ha ido a comer, llegarán en breve. Mientras tanto, le cuento que no me han concedido la extensión del visado y tengo que salir del país antes de que termine el viaje. Maldita escala en la india 20 días antes para ir a Vietnam, mi primer destino.
Este viaje lo ha organizado una agencia, así que por no mirar no me he fijado ni en el itinerario, quiero que sea todo sorpresa, para bien o para mal, así que a fluir.
Somos 4 chicas y 3 chicos, más o menos de la misma edad. A Victor le doy el trono del humor inteligente, cuándo lo vi sabía que era un tipo listo e introvertido pero cuando empezara a soltarse no me fallaría, descojone asegurado; Mar, nuestra Dj de la verbena, sabe lo que es la buena música, nos convierte en Shakiras y Rocíos Jurado mientras Mister Manish nos lleva de un sitio a otro; Mabel es nuestra farmacia, porque le pidas lo que le pidas, lo tiene, ella vela por nuestra salud; Alberto, nuestro vasco pelirrojo, un tipo que busca respuestas en este mundo sinsentido; Patri, una tía con valor a la justicia y con un vozarrón que por el momento sólo hemos escuchado en audio, igual con unas cervezas de más lo conseguimos. Y para finalizar, el polifacético Jeanky, coordinador, bombero, singer star, salsero, modelo y a veces tocapelotas, siempre con amor.
En el post anterior os hablaba de las ventajas de viajar sola, y en estas letras os hablo de lo bonito que es viajar con personas que encajan, que te nutren y con las que lloras, pero de risa.
Es evidente que nos conocemos tan solo hace 10 días y en este corto período de tiempo todo el mundo da su mejor versión, pero no siempre sucede la magia de la complicidad y de formar equipo.
Somos criaturas sociales que nos agrupamos para sobrevivir, igual que lo hacen el resto de mamíferos. En mi libro “Cuando Envejecer es Embellecer” os hablo de la importancia que tiene para nuestra calidad de vida y nuestra longevidad construir relaciones sanas y felices, formar parte de una red de sostén donde te sientas integradx, escuchadx, respetadx y amadxs. No todo vale, hay que saber saber donde ponemos nuestro tiempo y energía, formar relaciones fuertes con personas que nos aporten valor y formar una tribu que mejore nuestra calidad de vida.
No esperes a que la vida te ponga personas afines a ti, búscalas en función de tus gustos, ya sea para viajar, para hacer deporte, para realizar colaboraciones en acciones sociales, para llevar una maternidad acompañada, etc.
Cuando lleguemos al final de nuestros días, lo más importante no serán nuestras propiedades, será el análisis que realicemos de las personas con las que hemos estado rodeadxs y sentirnos afortunadxs por haber amado y habernos sentido queridxs.
Este post lo dedico especialmente a Patri, Mar, Bea, Alberto, Victor y Jeanky. Por tantas risas y deconjones, por las canciones y los bailes, por las confidencias, la sabiduría y la comidas picantes. Habéis hecho que este viaje a la India sea inolvidable, gracias.
Neus,
PD: Esta foto nunca la hubiera compartido aquí porque no es de calidad pero me encanta porque mi cara lo dice todo, los 7 en un tuk tuk 😉