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Rupturas y promesas

¿Qué nos está pasando este 2023? Mis amigas dicen que es mercurio retrógrado, yo prefiero llamarle mercurio radioactivo porque telita con el planeta, pequeño pero matón.

Este año aún no ha terminado y yo ya lo tengo catalogado como el año de las RUPTURAS, así, con mayúsculas.

Una RUPTURA sentimental, una RUPTURA laboral, varias RUPTURAS interpersonales, y para completar el círculo, el médico me ha dicho que me tengo que despedir también de mi vesícula, pues nada, añado otra, llamémosla RUPTURA organil (ojo, respaldada por la RAE), esta especialmente me da pena, penita, pena.

Universo, aún estamos a 1 de julio, ten piedad

Esta catarsis emocional me ha hecho, casi sin pensar, cruzarme medio globo terrestre para aterrizar en Bali y encontrarme con 22 mujeres desconocidas que, dos semanas después de la intensa convivencia, me han hecho reflexionar sobre la vida, sobre mi vida, esa que quiero tener a partir de ahora.

Ha sido un viaje muy espiritual, con ofrendas y sacerdotes honrando a los dioses y los espíritus. La cultura balinesa es muy devota, en cambio, yo soy una persona muy mental, racional y terrenal, me cuesta cultivar la parte espiritual, lo intento. Pero quizás, esta parte inmaterial, ha hecho que me lleve de esta inolvidable experiencia unas promesas. Retos que empiezo a cumplir a partir de hoy y que el próximo año, para ser exactos, el 1 de julio de 2024, si he hecho realidad mi sueño, lo desvelaré ante todas vosotras.

Compromiso, responsabilidad, esfuerzo, ilusión y coherencia.

Mi credibilidad queda en juego ante vosotras si acciones y hechos no se contradicen. Con lo que sea, seré honesta, siempre. 

Neus