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La felicità

La noche del pasado viernes, disfrutando de una cena rica y poniéndonos filosóficas, dos amigas y yo debatimos sobre lo que es la felicidad.

Ayer sábado volví a comer con una de ellas, salió el tema de las vacaciones de Navidad, soñamos con varios destinos muy Merry Christmas, nos venimos arriba y nos compramos los vuelos. Así, pensado y hecho, entre un vermut y un “cremaet”, compartiendo una tarta de queso casera que estaba para morirse de gusto.

Pues amigxs, desde mi punto de vista esto es la felicidad, lo que yo llamo “EL MOMENTO”, así, en mayúsculas. Un estado momentáneo de euforia y de emoción.

Lógicamente no podemos estar siempre con este subidón de dopamina, nos volveríamos majaretas perdidxs, pero sí debemos buscar y equilibrar estos momentos con nuestro bienestar, que es la paz y la serenidad moderadamente estable con nosotrxs mismxs y todo aquello que nos rodea, independientemente de si tenemos un día mejor o peor.

Ya lo decían Al Bano y Romina en su mítica canción a la que doy nombre este post: la felicidad es tomarse de la mano; es una almohada de plumas; es la lluvia que cae detrás de las cortinas; es una noche sorpresa; es un pensamiento.

Para mí, la felicidad es cantar en el coche, una escapada improvisada, un buen libro, las comidas deliciosas de mi madre, el humor inteligente mi padre, las risas con mi hermano, decorar una mesa bonita, el sonido de una guitarra, tocar el piano, los descojones con mis amigas, los tardeos y los bailes, los masajes asiáticos, preparar un viaje, conocer otras culturas, los conciertos, dar una sorpresa a alguien que quiero, un pensamiento, una ilusión, comer con hambre, una persona que me haga olvidar que tengo móvil, dormir en un hotel increíble, la belleza de la naturaleza, una chimenea en una casa rural sabiendo que fuera llueve o hace frío, mis desayunos, la música que me pone los pelos de punta y rodearme de belleza en todas sus dimensiones.

¿Te has parado a pensar cuáles son tus momentos de felicidad?

Vamos por la vida como pollos sin cabeza y no prestamos atención a estas cosas tan simples y a la vez tan importantes que cada día nos van hacer sentir mejor y mantienen nuestro estado de bienestar.

Enfócate y pon atención a las cosas bonitas que quieres que te pasen y renueva tus ilusiones.   Estas emociones son lo que dan fuerza a la vida y no siempre vienen de cara, hay que buscarlas.

Y como dice el gran escritor José Narosky “Mi mayor ilusión es seguir teniendo ilusiones”.

Si quieres más información sobre este tema, en este enlace te hablo de la relación que tiene la edad con la felicidad:

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Un abrazo,

Neus.